Sadicos Nocturnos

Sadicos Nocturnos

jueves, 7 de mayo de 2009

Verano / Fragmentos/ Nancy Coronado.

Tu brazo extendido por encima del lecho es una invitacion a que entre.
Pero mantente dormida mi bella presa, que estoy aquí para hacerte volar, para darte la vida eterna ...
Tras abrir la ventana, entre a su habitación, comencé a recorrerle poco a poco, con mi uñas, su vientre, mas claro que el tono de su faz, pero sin dejar esa tenue coloración dorada. Ella no respondía a mis caricias, aunque yo había apartado del todo la sabana que le cubría aquella noche calurosa. Respiraba por la boca y cada aliento era el ultimo, pero llegaba otro mas débil y sus labios húmedos susurraban algo, como si el aliento escapara junto con la vida.
Me senté en la orilla de la cama y podía disfrutar ver su cuerpo.
Sus senos, pequeños y redondos hacia juego perfecto con el ancho de sus caderas, donde en el lado izquierdo tenia una estrella de cinco picos dentro de un circulo. Los muslos fuertes, firmes. Vaya deleite mirarlos, tocarlos suavemente y resbalar por ellos hasta sus pantorrillas. Me perdí mucho tiempo acariciando su sexo, explorando su monte de Venus entre una madeja de vello pubico, me acerque lo suficiente para oler ... y viaje a otros universos, era encontrar la manzana prohivida en el cuerpo de eva.
Con mis labios comencé a beber su sudor tibio, cada una de las gotas las lamí , las saboree, era como si un vino blanco me emborrachara muy suavemente. Me puse de pie para despojarme de la gabardina negra que cubría mi cuerpo, mi piel blanca hacia perfecto contraste con el bronce de su cuerpo, mis venas azules, casi moradas se perdían entre los lunares de ella.
Baje por su cuello y resbale por sus senos, describí sus pezones con mi lengua, rodee su pecho, caí por su cintura, me hundí en su ombligo, resbale por su vientre, me deslize entre su monte de Venus.
El deseo se apodero de mi, y en fragilidad de su cuello mis colmillos se sumergieron... la sangre caliente empezó a rodar por su nuca, resbalo por el pecho izquierdo y rodó hasta el ombligo donde se encharco cuagulada, como producto de un hechizo maligno que me impedía seguir bebiendo.
Al voltear hacia la puerta de la habitación, alcance a ver un frasco de pastillas tirado en el suelo, habían mas cajitas vacías de medicamentos y un vaso de tequila a medio tomar...
Había pedido demasiado tiempo en admirarla, no pude rescatarla de las garras de suicidio, y con mi mordida. Aquella fasinación de luna llena ... había muerto.

1 comentario:

  1. Esta muy chido tu Blog, es especial me llamo mucho la atencion de este fragmento, te habro la invitacion para colaborar en mi Blog. Que estes bien...

    Au revoir...

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